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Saturno

Saturno

 

 

Saturno, el segundo mayor planeta del Sistema Solar, cierra la lista de objetos celestes conocidos por la Humanidad desde sus inicios hasta la invención del telescopio.
Es un gigante gaseoso al igual que Júpiter, y su composición tanto atmosférica como en su interior es también similar. Pero así como Júpiter presenta una superficie muy vistosa con numerosas bandas y remolinos de colores, en cambio la superficie de Saturno es amarillenta y pálida, sin apenas rasgos distintivos. No obstante se sabe que se originan tormentas enormes, en términos terrestres. La densidad de Saturno es muy baja, tanto que si lo pudiéramos colocar en un hipotético océano gigante, flotaría en él.


O sea, que Saturno sería un planeta bastante anodino si no fuera por un rasgo que posee y que es de sobras conocido por todos: sus extraordinarios anillos. Si bien se ha descubierto que los cuatro grandes planetas gaseosos tienen todos anillos, ninguno de ellos puede comparase ni de lejos con los de Saturno. Esto le convierte, quizá, en el planeta más hermoso del Sistema Solar.


ESTRUCTURA GENERAL Y ATMOSFÉRICA

El interior del planeta es semejante al de Júpiter, con un núcleo rocoso rodeado por hidrógeno y helio y trazas de otras sustancias volátiles. Sobre él se extiende una extensa capa de hidrógeno líquido, debido a los efectos de las elevadas presiones y temperaturas. Los 30.000 km exteriores del planeta están formados por una extensa atmósfera de hidrógeno y helio.
Por otro lado, y al igual que Júpiter, Saturno irradia más calor al exterior del que recibe del Sol. Esta energía adicional puede explicarse porque la temperatura interna de Saturno es inferior a la de Júpiter, por lo que el helio líquido se hunde hacía en centro del planeta, liberando energía gravitatoria que lo mantiene caliente.
Como se ha dicho su densidad es muy baja y flotaría en el agua. Presumiblemente, Saturno es más rico en hidrógeno ligero, y muy pobre en todo lo demás, en relación a Júpiter. Así pues, la débil gravedad de Saturno no puede comprimir la sustancia que lo compone de una forma tan rígida como Júpiter comprime la suya. Y aunque Saturno gira más lentamente que Júpiter, sus capas exteriores son menos densas, y tiene una atracción gravitatoria inferior para retenerlas. Como resultado de todo ello, Saturno presenta un abombamiento ecuatorial muy grande y es el objeto más achatado del Sistema Solar. La diferencia entre el diámetro ecuatorial y el polar es de 12.000 km, casi el tamaño de la Tierra.

-Gigantesca tormenta en Saturno-

La atmósfera de Saturno posee un patrón de bandas oscuras y zonas claras similar al de Júpiter aunque la distinción entre ambas es mucho menos perceptible en el caso de Saturno. La sonda Cassini ha podido captar varias grandes tormentas en Saturno. Una de las mayores tormentas, con rayos 10.000 veces más potentes que los de cualquier tormenta de la Tierra, apareció en noviembre de 2007, habiendo durado 7 meses y medio. Una enorme tormenta, tan grande que rodeó el planeta, apareció en diciembre de 2010 en el hemisferio norte de Saturno desarrollando un vórtice central de color oscuro de 5.000 kilómetros de ancho similar a la Gran Mancha Roja de Júpiter.
El fenómeno más llamativo descubierto por la sonda Voyager, es un patrón de nubes con forma de hexágono gigante situado en el polo norte del planeta. Los lados del hexágono son mayores que el diámetro de la Tierra. Se cree que el hexágono se forma en zonas donde hay un alto gradiente latitudinal en la velocidad de los vientos atmosféricos de Saturno. Se crearon formas similares en laboratorio al hacer que un tanque circular de líquido rotase a distinta velocidad en el centro y la periferia. Se consiguieron todo tipo de formas entre triangular y octogonal, si bien se observó que la forma más común era un hexágono. Las formas poligonales no se producen en fronteras turbulentas cuando los parámetros de viscosidad y diferencial de velocidad no superan cierto valor límite, de modo que no están presentes en otros sitios de características similares, tales como el polo sur del propio Saturno o los polos de Júpiter.


LOS ANILLOS

Los anillos de Saturno no son visibles a simple vista, y fueron observados por primera vez por Galileo en 1610, aunque la imperfección de su telescopio no le permitió deducir en que consistían. Cincuenta y un años más tarde Christian Huygens fue quien los interpretó correctamente informando que Saturno estaba rodeado por un tenue y brillante anillo que no le tocaba en ningún punto. En 1675 Cassini se percató que había una banda oscura que dividía el anillo en una sección exterior u otra interior. Desde entonces hablamos de anillos, en plural.
Los cuatro gigantes gaseosos del sistema Solar poseen anillos, pero son muy tenues. Sólo Saturno tiene un sistema de anillos realmente majestuosos y brillantes. Los anillos de Saturno se extienden en el plano ecuatorial del planeta desde los 6.630 km a los 120.700 km por encima del ecuador de Saturno y están compuestos de partículas con abundante agua helada. El tamaño de cada una de las partículas varía desde partículas microscópicas de polvo hasta rocas de unos pocos metros de tamaño.
Tal vez sean residuos de la formación de Saturno, o porciones de algún satélite que se acercó demasiado y estalló. Los anillos no son homogéneos, presentan ondulaciones, y discontinuidades (zonas vacías, exentas de fragmentos), por eso se habla de anillos, en plural.

 

La dinámica de los anillos es muy compleja, con unas peculiaridades que todavía no tienen una explicación completamente satisfactoria.

• RADIOS BRILLANTES. Las bandas que cruzan muchos anillos pueden estar formadas por polvo procedente de colisiones. Las fuerzas electromagnéticas pueden superar a las gravitatorias y elevar los granos más finos por encima de las partículas en órbita.
• LUNA EN UNA DISCONTINUIDAD. Una luna puede crear una discontinuidad a lo largo de su órbita dispersando las partículas con su gravedad. Las partículas que se mueven en una órbita algo menor que la lunar van más deprisa que el satélite y la fuerza gravitatoria de éste tiende a frenar las partículas y lanzarlas a una órbita inferior. Las partículas que orbitan algo más afuera que la luna se ven despedidas hacía el exterior cuando el satélite las sobrepasa.
•ONDAS DE DENSIDAD. Las partículas de los anillos más cercanos al planeta viajan más deprisa que una luna más lejana. Cuando pasan frente a ella, las partículas son atraídas y forman ondas de densidad.
• ONDULACIONES. Las ondulaciones son debidas a la atracción gravitatoria que ejercen las lunas que orbitan Saturno fuera del plano anular. Estas lunas atraen las partículas hacía arriba o abajo según se encuentre situadas encima o debajo del anillo.
• ANILLOS ENTRELAZADOS. En el borde externo del sistema anular principal de Saturno se encuentra una formación extraña que sorprendió mucho a los científicos por desafiar aparentemente las leyes de la física. Las trayectorias orbitales de las partículas de este curioso anillo están onduladas y retorcidas como en una trenza. Se cree que la configuración del anillo es debida a la influencia gravitatoria de las dos pequeñas lunas que “pastorean” su órbita.

-Los anillos son mucho más complejos de lo que parece a primera vista-

En octubre de 2009 se descubrió un nuevo y enorme anillo alrededor de Saturno, mucho más grande de los que le rodean. Después de muchos siglos, este había pasado desapercibido hasta ahora, porque está tan enrarecido que resulta casi invisible. Este nuevo cinturón se despliega en el confín del sistema saturniano. Su masa comienza a unos seis millones de kilómetros del planeta y se extiende hasta alcanzar 13 millones de kilómetros de diámetro. Uno de los más lejanos satélites de Saturno, Febe, orbita dentro del nuevo anillo, y probablemente sea la fuente de su composición.

 

LA GRAN FAMILIA DE SATÉLITES

Saturno posee una extensa familia de más de 60 satélites, la mayoría pequeños e irregulares. Vamos a hacer una descripción de los miembros más destacados de esta familia.

 

-Las densas nubes no permiten ver la superficie-
-Titán bajo la capa de nubes-

•TITÁN. Descubierto por Huygens en 1655, es el mayor satélite de Saturno y el segundo del Sistema Solar tras Ganímedes. Su característica más notable es que es el único satélite conocido que posee una atmósfera importante (detectada por primera vez en 1907 por el astrónomo catalán Josep Comas i Solá) incluso más densa que la de la Tierra, y el único objeto, aparte de la Tierra, en el que se ha encontrado evidencia clara de líquidos estables en la superficie.
La atmósfera está compuesta en un 94 % de nitrógeno y es la única atmósfera rica en nitrógeno en el Sistema Solar aparte de nuestro propio planeta, con rastros significativos de varios hidrocarburos que constituyen el resto (incluyendo metano, etano, metilacetileno, acetileno, propano, junto con anhídrido carbónico, monóxido de carbono, cianógeno, cianuro de hidrógeno y helio). Se piensa que estos hidrocarburos se forman en la atmósfera superior de Titán en reacciones que son el resultado de la disociación del metano por la luz ultravioleta del Sol produciendo una bruma anaranjada y espesa. Hay nubes en la atmósfera de Titán además de la espesa niebla que afecta a todo el planeta. Estas nubes están probablemente compuestas de metano, etano y otros compuestos orgánicos simples que precipitan en forma de lluvia. De este modo Titán y la Tierra serían los únicos lugares en el Sistema Solar en los que llueve sobre su superficie.

-Recreación superficie de Titán-

La densa niebla de Titán ocultó su superficie hasta la llegada de la sonda espacial Cassini en 2005. La sonda ha descubierto evidencias de lo que parecen lagos y cauces fluviales. Las bajas temperaturas que se dan en Titán nos permiten especular fundamentadamente en la existencia de lagos, ríos y mares de metano, etano o amoniaco líquidos y hasta divertirnos con la posibilidad de que Titán esté forrado de asfalto, con afloramientos de gasolina solidificada y otros hidrocarburos. Estas características de Titán hacen que los científicos no consideren descabellada la idea de que pueda albergar alguna forma de vida. Caso de ser así, sería vida adaptada a temperaturas de -180ºC y al metano substituyendo al agua.

 

•JAPETO. El tercero en tamaño de los satélites de Saturno. La inclinación de su órbita y la considerable distancia al planeta convierten a Japeto en la única luna grande de Saturno desde la cual se podrían observar plenamente los anillos de Saturno; desde las demás, estos se ven prácticamente de canto debido a su poca o nula inclinación orbital.
Uno de los hemisferios del satélite es mucho más oscuro que el otro, peculiar característica que se podría deber a una composición distinta del material de la superficie, proveniente del interior de la propia luna o bien de materia de otros satélites o anillos. No se conoce con certeza el motivo real, aunque la segunda hipótesis cada vez es más apoyada por evidencias observacionales.
Un aspecto difícil de explicar es la cresta que corre a lo largo del centro. Se trata de una cordillera ecuatorial (sigue casi perfectamente el ecuador del satélite, aunque solo en el hemisferio oscuro) de unos 1300 km de largo, 20 km de ancho y 13 km de altura que da al satélite la apariencia de una nuez. Fue descubierta en diciembre de 2004 por la sonda Cassini y bautizada como Toledo Montes. Hay hasta cuatro teorías diferentes para explicar el origen de la cordillera, pero hasta ahora no se ha establecido una hipótesis firme 1 .

 

-Geiseres de Encélado-

•ENCÉLADO. Con un diámetro diez veces menor que Titán, es un mundo lleno de interés. Debajo de la superficie del satélite existe un océano global de agua líquida, como una capa entre el hielo de la superficie y el núcleo rocoso. Probablemente es calentado por muchas fuentes hidrotermales, lo que despierta gran interés al existir las condiciones necesarias para la vida. En 2017 la NASA notificó que en la superficie del satélite existen géiseres y fumarolas que expulsan vapor de agua desde su océano.
El origen de la fuente de calor que mantiene el océano de agua líquida y produce los geiseres, no está claro. En un principio se pensó que provenía de efectos de marea ocasionados por otros satélites, pero luego los cálculos mostraron que esto no era suficiente.
Los geiseres expulsan al espacio vapor, polvo y diversas partículas que acaban configurando el anillo E de Saturno. Según los científicos este vapor expulsaría elementos químicos entre los que se encuentra el hidrógeno, lo que haría factible la posibilidad de vida microbiana, en forma similar a las fuentes hidrotermales encontradas en el fondo de los océanos terrestres.

 

•MIMAS. Con un diámetro de sólo unos 397 kilómetros y su superficie, altamente craterizada, presenta un enorme cráter de impacto de 139 km de diámetro que le confiere una notable semejanza con la Estrella de la muerte de la Guerra de las Galaxias. El impacto que produjo este cráter fue tan violento que produjo fracturas visibles en el lado opuesto de este satélite. Posiblemente un impacto ligeramente más energético podría destruir un cuerpo del tamaño de Mimas.

 

•PANDORA Y PROMETEO. Son dos satélites irregulares de Saturno que confinan gravitacionalmente el anillo F y ocasionan sus ondulaciones y trenzado.

 

 

•JANO Y EPIMETEO. Epimeteo y Jano son satélites coorbitales, la distancia de Jano a Saturno es 151.472 km y la de Epimeteo es 151.422 km, una separación de sólo 50 km. Al ir casi en la misma órbita viajan casi a la misma velocidad, pero el satélite interior va ligeramente más rápido que el exterior por lo que lo adelanta lentamente. Parece inevitable que se produzca un choque entre ambos, pero cuando se acercan, su mutua atracción gravitatoria altera su cantidad de movimiento, el satélite interior gana cantidad de movimiento, se mueve hacia una órbita superior y pierde velocidad. El satélite exterior pierde cantidad de movimiento, se mueve hacia una órbita interior donde gana velocidad. En pocas palabras los dos satélites intercambian sus posiciones. Este hecho se repite cada cuatro años, siendo el único caso conocido en el Sistema Solar.


[1] Expondremos una sólo a título de ejemplo del modus operandi del modo en que se razonan las hipótesis científicas: La cadena podría ser un remanente de la forma esferoide que Japeto tenía en sus comienzos, cuando rotaba más rápido que en la actualidad. Considerando la altura de las montañas, este período tendría que haber sido menor que 17 horas. Para poder enfriarse a una velocidad tal que se preservase la cordillera a la vez que la luna se mantenía lo suficientemente plástica para que la fuerza de Saturno alargase el período de rotación hasta su valor actual, la fuente de calor de Japeto tendría que haber sido la radiactividad del aluminio-26. Este isótopo era abundante en la nebulosa protoestelar en que se formó Saturno, pero para poder absorber la cantidad suficiente para mantener el calor, Japeto tendría que haberse formado sólo unos dos millones de años después que los asteroides, considerablemente más temprano de lo que se suponía.

Galileo

Galileo

INTRODUCCIÓN

Galileo Galilei está considerado el primer científico en el sentido moderno y ocupa un espacio privilegiado en la historia del pensamiento. El método galileano “obligaba” a la naturaleza a procurar respuestas a los interrogantes planteados, sin enzarzarse en cuestiones filosóficas sobre las causas 1 .
Galileo contribuyó como nadie a derribar el antiguo sistema basado en el geocentrismo, y sustituirlo por el heliocentrismo. Logró, con sus razonamientos y observaciones, rebatir cualquier argumento en contra del heliocentrismo, y que una idea tan difícil de aceptar como el movimiento terrestre fuera tomada como una realidad. Su fama se extendió por toda Europa, y frente a los que rechazaban sus descubrimientos, no dudaba en invitar a cualquiera a mirar por su telescopio. La observación, antes que cualquier razonamiento, era su mejor argumento.
En su atrevimiento no dudó en enfrentarse a la autoridad, ya fuese Aristóteles o la Iglesia. La teología cristiana había fusionado la verdad revelada bíblica con la reflexión filosófica aristotélica. Las teorías aristotélicas aspiraban a explicar y entender todo usando la deducción y los silogismos. De esta manera, las conclusiones de los razonamientos se demostraban de forma irrefutable, sin dar pie a la duda ni a otras opciones. Aristóteles consideraba que las matemáticas sólo permiten alcanzar un conocimiento cuantitativo de los objetos –como calcular sus dimensiones-, pero jamás permiten remontarse a la sustancia, ni alcanzar lo universal. También desdeñaba el conocimiento técnico, práctico, por considerarlo propio de artesanos, no de sabios.
Galileo desacreditó el Magister dixit, el argumento de autoridad que continuamente usaban los aristotélicos para refutar sus observaciones. Para Galileo, la autoridad no podía ser un argumento. Contribuyó a impulsar el método experimental, es decir, el más característico de la ciencia. Para ello mejoró las observaciones usando instrumentos, realizó experimentos y expresó sus descubrimientos mediante leyes matemáticas. Es célebre el episodio –cuya veracidad no está comprobada históricamente- en el que un joven Galileo dejó caer, desde lo alto de la torre inclinada de Pisa, un cuerpo pesado y otro ligero para demostrar que caían casi simultáneamente, en contra de lo que afirmaba Aristóteles.
Observando por su telescopio desmontó la fantasía del universo de Aristóteles y Ptolomeo compuesto por esferas cristalinas de movimientos circulares, donde los astros eran perfectas esferas opacas y pulidas hechas de materia incorruptible o quinta esencia.
Para él no era suficiente observar fenómenos, sino que también quería provocarlos. Para contrastar sus hipótesis, Galileo diseñaba experimentos que podía repetir centenares de veces si era necesario para hacer las mediciones que le permitieran formularlas matemáticamente.


BIOGRAFÍA

Nació Galileo Galilei en Pisa el año 1564. Era el primogénito de los siete hijos de Vicenzo Galilei, músico de la corte, compositor y teórico musical.
Su padre le enseñó música y a los 10 años estudió en un monasterio para completar su educación. Allí decidió hacerse novicio, pero la vocación religiosa se le fue pronto. Posteriormente estudió medicina en la universidad de Pisa, donde la vida universitaria le sirvió para aprender ideas y conceptos que influirían en su vida: la filosofía aristotélica, la astronomía ptolemaica y las matemáticas. En la facultad se ganó fama de discutidor entre sus compañeros, por su actitud polémica y desafiante.
En 1583 asistió a una conferencia sobre Euclides impartida por el matemático Ostilio Ricci. Galileo se enamoró de las matemáticas y decidió dedicarse a ellas. Ricci se ofreció a ser su maestro. En 1585 abandona la universidad si haber finalizado los estudios de medicina, y se dedica a impartir clases de matemáticas a jóvenes de familias adineradas.
En 1592 consiguió la cátedra de matemáticas en la universidad de Padua. En esta ciudad residió veinte años, los más felices de su vida según sus propias palabras. Durante esta época trabajó resolviendo problemas de temática militar relacionados con la arquitectura o la balística.
En Padua conoció a una joven, probablemente prostituta, llamada Marina Gamba, con quien acabó conviviendo sin llegar a casarse y tuvieron tres hijos. Galileo no reconoció la paternidad de ninguno de ellos. Después de conseguir, como luego veremos, fabricar un telescopio funcional, hizo una demostración de sus posibilidades militares y comerciales a las autoridades de Venecia. La demostración, que fue un éxito, le permitió mejorar notablemente su situación económica.
Tras el éxito de su libro Sidereus nuncius, y tras ganarse el favor de Cosme II de Médici, consiguió de éste un magnífico contrato como matemático y regresó a Florencia con sus dos hijas, dejando en Padua a su otro hijo y a la madre. Estaba en ese momento en la cima de su carrera, cuando tuvo sus enfrentamientos con la Iglesia.
La publicación en 1632 de su obra cumbre Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo, ptolemaico y copernicano, fue el detonante de su juicio y condena.
Murió bajo arresto domiciliario cerca de Florencia en enero de 1642.


GALILEO Y LA ASTRONOMÍA

En 1608 tuvo conocimiento de que en los Países Bajos se había tratado de patentar un curioso artefacto que, mediante el uso de unas lentes de vidrio, podía aproximar la visión de los objetos lejanos 2 .

-Telescopio de Galileo-

Galileo quiso tener uno y se puso a construirlo con sus propias manos. Al cabo de unas pruebas ya conseguía nueve aumentos, mientras que los de los holandeses tenían entre tres y cuatro. Pronto lograría veinte y hasta treinta aumentos y se dedicó a observar el firmamento con su telescopio.
El primero en divisar la Luna a través de un telescopio no fue Galileo, sino el astrónomo inglés Thomas Harriot, pero el estudio de Galileo fue más sistemático. Una de las primeras cosas que le llamó la atención fue que la superficie lunar no era esa esfera pulida imaginada por los astrónomos, sino que estaba surcada por montañas, valles e innumerables cráteres, como marcas de viruela. Era evidente que la Luna no estaba hecha de quinta esencia, sino de un material mucho más corruptible, como el de la Tierra.
Al dirigir el telescopio hacía la nebulosa de Orión, lo que hasta entonces era para los astrónomos una simple mancha difusa, mostró que estaba formada por centenares de estrellas invisibles a simple vista. Igual pasó al observar la Vía Láctea. De repente el cielo resultó ser mucho más grande y estar poblado por una enorme cantidad de estrellas hasta entonces desconocidas. Eso llevó a Galileo a plantearse preguntas sobre la infinitud del universo, pero el desenlace del caso de Giordano Bruno le hizo mostrarse cauto en este asunto 3 .

-Júpiter y los 4 satélites galileanos-

Quizá su mayor descubrimiento astronómico sean los satélites de Júpiter. Según explica, en enero de 1610 enfocó el telescopio hacia Júpiter y se fijó que estaba rodeado por tres estrellas. En las noches siguientes comprobó sorprendido que esas estrellas se movían alrededor de Júpiter y pronto descubrió una cuarta 4. Era la primera vez que se observaban astros que no orbitaban alrededor de la Tierra. Fue un golpe muy fuerte contra el geocentrismo.

Galileo pensó que los satélites de Júpiter podrían servir para resolver un problema que, con el auge de los viajes transoceánicos, se había convertido en grave por las grandes pérdidas humanas y materiales que ocasionaba: el poder determinar la longitud geográfica. El asunto era tan apremiante que varios países europeos ofrecían una gran recompensa a quien lo resolviera. Galileo pensó que se podían elaborar unas tablas con los eclipses de los satélites jovianos, con el momento exacto en que tenían que ocurrir dichos eclipses, dado que cada año se producían más de un mil. Las tablas servirían como referencia a los marinos para calcular la longitud geográfica. La idea era buena, pero no convenció por las dificultades en enfocar el telescopio al más mínimo oleaje, y porque Júpiter no era visible de día ni en noches nubladas.

El descubrimiento de que, al igual que la Luna, Venus también pasa por fases de creciente, pleno, menguante y nuevo, fue otro gran argumento en favor del modelo copernicano, dado que dichas fases no podrían producirse estando la Tierra en el centro del universo.
Fue también Galileo el primero en advertir los anillos de Saturno, aunque no supo interpretarlos como tales, dadas las limitaciones de sus telescopios. Dijo que Saturno tenía unas extrañas anomalías en forma de asas u orejas, que de repente desaparecían. Se cree que también fue el primero en ver Urano, aunque lo tomó por una estrella.
Estudió el Sol por un procedimiento indirecto para no quedarse ciego, consistente en enfocar el telescopio al Sol proyectando la imagen que sale por el ocular en una superficie blanca. Constató que el Sol tenía manchas, que cambiaban y se movían con el tiempo, por lo que afirmó que el Sol giraba sobre sí mismo. Una vez más ponía de manifiesto la insostenibilidad de las ideas aristotélicas sobre la perfección e inmutabilidad del cielo.


SIDEREUS NUNCIUS

Galileo se dio pronto cuenta de la importancia de sus observaciones, así como la necesidad de darlas a conocer y de atribuirse la prioridad en los descubrimientos. Por ello, en el mismo año 1610, publicó una obra titulada Sidereus nuncius (El mensajero sideral) con sus descubrimientos acompañados de dibujos e ilustraciones, que tuvo una recepción espectacular a la vez que polémica. Se armó un gran revuelo, en el que no todos acabaron convencidos, algunos por no cambiar una visión del cosmos en la que se encontraban cómodos, otros con argumentos tan “contundentes” como el del astrónomo Francesco Sizzi, quien dijo que dado que los satélites de Júpiter no eran visibles a simple vista, eran inútiles y por tanto no existían.


GALILEO Y LA FÍSICA

También en este terreno tuvo que enfrentarse Galileo a las filosofías aristotélicas. Según Aristóteles hay dos tipos de movimientos: los naturales y los violentos. El natural es el propio de los cinco elementos: tierra, agua, aire, fuego y éter. Cada elemento manifiesta un movimiento ascendente o descendente tendente a ocupar su lugar natural: la tierra, más pesada, tiende a ir más abajo, le sigue el agua, más ligera, luego el aire y por último el fuego. El movimiento del éter, la sustancia de las esferas celestes, es eterno y circular. Todos los objetos son una mezcla de los cuatro elementos sublunares; según sea la proporción de cada uno de ellos, el objeto será más pesado o más liviano. Los movimientos violentos son aquellos que se producen de forma no natural y alejan el cuerpo del lugar que le es propio, tal como caminar o lanzar una piedra.


Para Aristóteles existía un centro absoluto del universo hacía el que caería todo cuerpo y se encontraba en el centro de la Tierra. Suponer que la Tierra estuviese en movimiento era absurdo, como lo demostraba el hecho de que al dejar caer un objeto desde lo alto de una torre, el objeto cae siempre a los pies de la misma, cosa que no debería suceder si la Tierra se moviese, ya que mientras el objeto está cayendo la base de la torre se desplazaría y no podría caer a sus pies.
Galileo opinaba que cuando varios objetos participan de un movimiento común (comparten un mismo sistema de referencia, diríamos hoy), el movimiento entre ellos es nulo. Todos los pasajeros y objetos de un barco en movimiento comparten el movimiento en común del barco, por ello una piedra lanzada desde lo alto del mástil cae siempre a sus pies, aunque el barco se esté desplazando. Igual ocurre con todo cuanto hay en la Tierra: todos compartimos el movimiento en común y no notamos que se esté moviendo. En otras palabras, sin referencias externas, no se puede distinguir el movimiento uniforme del reposo. El movimiento sólo es perceptible al compararlo con otro objeto que esté en reposo o se mueva independientemente del primero. Hay que tener presente que nos estamos refiriendo a movimientos uniformes, con los movimientos acelerados, la situación es diferente.
Cuando se puso a estudiar objetos en caída libre, al principio opinaba igual que Aristóteles, según el cual los cuerpos caen a velocidad constante proporcional al peso del objeto en cuestión. Estudiar la caída libre es difícil, los objetos caen demasiado deprisa y se necesitan instrumentos precisos y fotografías para hacerlo adecuadamente. Nada de eso existía en tiempos de Galileo, así que tuvo la ingeniosa idea de usar planos inclinados por los que dejaba deslizar unas bolas. Modificando el ángulo del plano, la distancia que las bolas recorrían, así como el tamaño y peso de las mismas, pudo efectuar mediciones bastante precisas de la velocidad a la que se movían. Constató que el movimiento de las bolas no era uniforme sino acelerado, de forma que a intervalos iguales de tiempo, las bolas recorrían cada vez mayores distancias, en una forma proporcional al cuadrado del tiempo e independiente del peso o constitución de la bola 5.
También fue fundamental su descubrimiento de la ley del péndulo que permite calcular el periodo de oscilación de un péndulo sabiendo la longitud del hilo del que está suspendido6. Aunque sólo es correcta para oscilaciones pequeñas, y necesitó alguna corrección posterior, esta ley fue la base que permitió medir el tiempo mediante relojes mecánicos.


ENFRENTAMIENTO CON LA INQUISICIÓN

La Iglesia aceptaba el modelo copernicano mientras se considerase una especie de artificio matemático para facilitar los cálculos, no como una visión de la realidad. Precisamente esto es lo que alegaba Galileo quien cuestionaba que la teología pudiera describir el mundo, eso era tarea de la ciencia.

“La Biblia enseña cómo se va al cielo, no como va el cielo”, afirmó.


Cuando Galileo mostró las debilidades de los argumentos de la Iglesia7 , ésta se aprovechó de su poder para humillar a quien se atrevía a cuestionar sus dogmas. El cardenal Belarmino, que había firmado la sentencia a muerte de Bruno, creyó que era necesario investigar más a fondo las obras y las afirmaciones de Galileo. La tolerancia se había acabado.
Galileo no dudaba de la veracidad de la Biblia, pero opinaba que era interpretable, y que la interpretación debía amoldarse a los hechos demostrados por la ciencia. Con ello sólo logró despertar la ira de los teólogos y que empezaran a acusarle de hereje por cuestionar la Biblia. En 1616 se le amonestó verbalmente y se le prohibió explicar el copernicanismo, advirtiéndole que la desobediencia supondría la prisión. Galileo abandonó el copernicanismo durante unos años, dedicando su atención a otros temas que también le interesaban, algunos, como la hipótesis atómica, igualmente polémicos y que no hicieron sino agravar su relación con la Iglesia.
La muerte del Papa y la elección de Urbano VIII, quien fue amigo de Galileo cuando era cardenal y le permitió explicar la teoría copernicana como mera hipótesis, le hicieron pensar precipitadamente que sus problemas con la Iglesia se habían relajado.
En 1632 publicó en Florencia Diálogo sobre los dos máximos sistema del mundo, escrito en formato de conversaciones entre tres personajes que debatían las razones en pro y en contra de cada uno de los dos modelos cosmológicos. Los debates ponían en valor los descubrimientos y los razonamientos, dejando fuera las apelaciones a la autoridad. El heliocentrismo siempre quedaba claramente vencedor, quedando la teoría geocéntrica ridiculizada.

-Juicio a Galileo-


La obra causó un escándalo en Roma. Incluso Urbano VIII se pasó al lado de los adversarios de Galileo cuando se vio personalizado en el personaje ridiculizado en los Diálogos. Aunque fuera injustificado, se sintió engañado, ordenó la requisa de todos los libros y la comparecencia de Galileo en Roma. El tribunal de la Inquisición, pese a tener ya 68 años y estar enfermo, le sometió a duros interrogatorios, y le amenazó con la tortura y la hoguera. Galileo finalmente claudicó.
Fue obligado a leer una abjuración dictada por el Papa y todas sus obras fueron inscritas en Índice de libros prohibidos, pero finalmente se le conmutó la pena de prisión por el arresto domiciliario a perpetuidad.
Se instaló en un convento cercano a Florencia donde, pese a su avanzada edad y la ceguera que le afectaba cada vez con mayor gravedad, aún pudo publicar Discursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias, libro dedicado al movimiento que establece los fundamentos de la física moderna. Murió en enero de 1642, el mismo año en que nació Isaac Newton.


 

[1] En palabras de Galileo: “El universo no se puede entender si antes no se aprende la lengua con que está escrito. Esta lengua son las matemáticas”.
[2] Al parecer fueron los hijos de un fabricante de lentes alemán residente en los Países Bajos, quienes jugando con lentes de desecho dieron con la combinación con la que podían acercar objetos.
[3] Giordano Bruno creía que las estrellas eran como soles desparramados por un espacio infinito. Además tenía la convicción de que algunas podían tener planetas semejantes a la Tierra, habitados por seres inteligentes. Murió en la hoguera en 1600.
[4] Son los cuatro mayores satélites de Júpiter -Ganimedes, Io, Europa y Calisto-. Galileo los denominó mediceos para ganarse el favor de la familia Médici, pero hoy los conocemos como satélites galileanos.
[5] La velocidad alcanzada por un cuerpo en caída libre es v= √2gh, siendo g la aceleración de la gravedad, es decir 9’81 m/s 2 , y h la altura desde la que cae. Es por tanto, si prescindimos del rozamiento con el aire, independiente de la forma, el peso y la constitución del cuerpo.
[6] La ley del péndulo dice que el periodo T de oscilación de un péndulo es T= 2π √(L/G), siendo L la longitud del hilo y G la gravedad. Es, por tanto, indiferente a la amplitud de la oscilación y al peso que tenga el péndulo.
[7] Uno de sus mayores detractores, Ludovico delle Colombe, argumentó que los valles que Galileo había visto en la Luna estaban rellenos de un material invisible, por lo que, en realidad, la Luna era perfectamente esférica, tal como afirmaba Aristóteles. Así de “convincentes” eran la mayoría de los razonamientos usados en contra de Galileo.