Algol, la estrella del diablo

Algol, la estrella del diablo

Algol es la segunda estrella más brillante de la constelación de Perseo, a casi 93 años luz de nosotros. Es una estrella variable, es decir que su brillo aumenta y disminuye periódicamente. En su caso cada 2’85 días.

Hoy sabemos que existen multitud de estrellas variables, pero los cíclicos cambios de brillo de Algol son tan ostensibles que incluso en la antigüedad no pasó por alto, siendo ya documentado en el 1.200 a.C. por los egipcios que asociaron a Algol como una manifestación de la voluntad del dios Horus. Para los griegos clásicos, Algol estaba en el ojo Medusa de la constelación (recordemos que Medusa era un monstruo que petrificaba a quien lo miraba y que fue decapitada por Perseo). En la Edad Media, en un mundo que tenía como dogma la perfección e inmutabilidad de los cielos por ser la parte más sublime de la Creación divina, los inquietantes cambios de luminosidad de una estrella sólo podían deberse al diablo. De hecho su nombre procede del árabe «Ras-al-gul», que significa «la cabeza del demonio» y se la consideraba portadora de mala suerte y desgracias.

En nuestra descreída civilización actual no recurrimos a dioses ni demonios, sino que sabemos que Algol es una binaria eclipsante, es decir que en realidad consta de dos estrellas que orbitan una en torno a la otra. Debido a que la Tierra se halla en su plano orbital, la estrella más débil (Algol B) pasa frente a la estrella más brillante (Algol A) una vez por órbita, y la cantidad de luz que llega a la Tierra decrece temporalmente.

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