
Las primeras estrellas eran supergigantes
La primera generación de estrellas que se formaron unos 200 millones de años después del Big Bang estaban formadas por los elementos que se formaron en éste, es decir hidrógeno , helio y trazas de litio. Sin elementos pesados, no contenían ninguno de los átomos ahora comunes que pueden absorber luz cuando una estrella empieza a brillar ofreciendo una resistencia a la acumulación de más materia. Ello permitió que las estrellas de la primera generación se formaran con masas mucho mayores (centenares e incluso miles de veces la masa del Sol) que las generaciones posteriores. Las estrellas de masa elevada transforman su materia en elementos más pesados a ritmos asombrosos y viven y mueren rápido. Sus expectativas de vida son de unos pocos millones de años, unas mil veces menos que el Sol.
Actualmente, en presencia de estos elementos pesados como carbono, nitrógeno, oxígeno, sodio, calcio y otros, la luz procedente de una estrella recién formada ofrece una presión que rechaza cantidades masivas de gas, limitando la masa máxima de estrellas recién nacidas a menos de cien veces la masa del Sol.
En la actualidad no esperamos encontrar viva ninguna de las estrellas masivas de esa primera era, pues ya se apagaron hace mucho tiempo y, habiendo elementos más pesados comunes en todo el Universo, no pueden volver a formarse de ningún modo ese tipo de estrellas supergigantes.