Lluvia de diamantes

Lluvia de diamantes

El interior de planetas como Neptuno o Urano se compone de un núcleo sólido envuelto en capas gruesas compuestas principalmente de hidrocarburos, agua y amoníaco. Los astrofísicos especulan que la presión extrema a más de 10.000 kilómetros bajo la superficie de estos planetas divide los hidrocarburos y convierten el metano en hollín (carbono), que se endurece a medida que se precipita en pedazos de grafito y luego diamantes que se hunden más profundamente en el interior del planeta.

Un experimento reciente ha mostrado que se puede producir una «lluvia de diamantes» utilizando rayos láser de alto poder, lo cual hace pensar que es posible que se generen en tormentas que dividen los átomos en hidrógeno y carbono y que luego se cristalizan y se hunden.

Si bien se conoce desde hace 30 años que el diamante puede ser estable en los núcleos de Urano y Neptuno, demasiado fríos como para derretirlo, se creía que Júpiter y Saturno, por el contrario, eran demasiado calientes o no tenían condiciones adecuadas para la precipitación de diamantes sólidos. Sin embargo, el nuevo estudio sugiere que estas piedras preciosas pueden estar flotando en el interior profundo de estos dos últimos planetas, algunos creciendo hasta el punto de tener tamaños enormes.

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