
Plutón y Caronte «cara a cara»
En otra publicación vimos que la Luna presenta siempre una misma cara hacía la Tierra, por lo que la otra permaneció desconocida hasta que el desarrollo de la astronáutica permitió a la Unión Soviética enviar la nave Luna 3 y fotografiarla en 1959 [Ver: «LA CARA OCULTA DE LA LUNA»].
En el Sistema Solar, aparte de la Luna, hay varios casos más de satélites que han quedado gravitatoriamente trabados por su planeta y que se enfrentan a éste siempre por la misma cara. Pero hay un caso único de un satélite y un planeta que se han trabado mutuamente y ambos se presentan siempre la misma cara. Se trata de Plutón y Caronte. Si ya la Luna es un caso excepcional dado su gran tamaño respecto a la Tierra, con Caronte ocurre lo mismo pero aún más acusado, dado que su diámetro es casi la mitad del de Plutón. El resultado de esto es que Plutón y Caronte constituyen de hecho un sistema doble de planetas, en el que ambos se han trabado y se presentan siempre la misma cara, como una pesa de halterofilia formada por dos bolas unidas por una barra.
Supongamos que eso nos hubiese ocurrido a nosotros, y que la Luna estuviese «suspendida» permanentemente sobre el océano Pacífico, por ejemplo. Esto significaría que la Luna no sería visible desde Europa, África, Oriente Próximo y prácticamente toda Asia, y por tanto desconocida para todas las diversas civilizaciones que surgieron en estas zonas. Es interesante especular como hubiese influido este hecho en la historia ya que la Luna es de una importancia trascendental en la mitología, religión, leyendas, tradiciones, filosofía, astrología, astronomía, ciencia, literatura, etc., etc. Y cuál hubiese sido la reacción de los primeros exploradores que llegaron a América al ver por primera vez el enorme disco de la Luna brillando en medio del firmamento.