La lucha por salir del Sol
Cuando en el núcleo del Sol se libera la energía de fusión, comienza un proceso extraordinario: la lucha de la misma por llegar a la superficie. Al principio, la energía asciende en forma de rayos gamma y rayos X, que logran recorrer distancias muy cortas al ser absorbidos por los densos gases de hidrógeno del interior. Cada vez que un átomo absorbe radiación emite, a su vez, radiación de la misma clase que puede ascender un poco más. Finalmente, al disminuir la temperatura a medida que se va acercando a la superficie, la energía absorbida y vuelta a emitir varía de longitud de onda y se transforma en radiación ultravioleta y, posteriormente, en luz visible. En el último tercio del radio solar, la mayor parte de la energía se transmite hasta la superficie por convección, o sea el mismo proceso por el que se transmite en el agua hirviendo.
Si los rayos X originados en el núcleo pudieran llegar a la superficie sin encontrar obstáculos tardarían unos 2’3 segundos. Pero en realidad, el ascenso requiere aproximadamente un millón de años o más. En otras palabras, por término medio, los rayos solares que nos llegan ahora mismo se produjeron hace un millón de años.
Por otro lado, en las reacciones nucleares del Sol también se producen unas enormes cantidades de neutrinos. Como el neutrino no interacciona con la materia, estos son despedidos al exterior tan pronto se originan. Cada segundo, de día desde arriba y de noche por los pies, somos atravesados por miles de millones de neutrinos sin que nos afecten en absoluto.