Mercurio, del fuego al hielo

Mercurio, del fuego al hielo

 

Mercurio es el planeta más cercano al Sol del Sistema Solar, está a una tercera parte de la distancia a la que estamos nosotros. Esto ya nos hace sospechar que debe ser un lugar muy caliente y, efectivamente, en la cara orientada al Sol la temperatura media es 430ºC.

Sin embargo, la atmósfera de Mercurio es prácticamente inexistente, sólo tiene vestigios de sodio, potasio, oxígeno, argón y en menor medida de otros elementos. Al no tener atmósfera, a diferencia de lo que ocurre en la Tierra en la que los vientos, y también las corrientes oceánicas, difunden y mezclan el calor del ecuador con el frío de los polos, en Mercurio el calor recibido en el hemisferio iluminado no se dispersa por el resto del planeta y la temperatura del hemisferio que permanece a oscuras puede caer hasta los 180ºC bajo cero.

En astronomía es frecuente encontrarse con medidas llamativas de temperaturas, presiones, tamaños, distancias, etc. y es conveniente, siempre que sea posible, buscar una analogía que nos permita comparar y hacernos mejor idea de lo que representan tales medidas. En el caso que estamos tratando aquí, pensemos en lo siguiente: en la Tierra la diferencia de temperatura .que puede darse entre el lugar más caliente y el lugar más frio –lo que se conoce como gradiente de temperaturas- es, aproximadamente, de 50ºC en los desiertos a -50ºC en la Antártida. Es decir, un gradiente de 100ºC. En Mercurio va de 430ºC a -180ºC, ¡son más de 600ºC de diferencia, seis veces más que en la Tierra!

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